Ángela López Redondo
sábado, 21 de mayo de 2011
Europa a finales del siglo XIX
En el siglo XIX se alcanzaron grandes renovaciones en la sociedad y en la política europeas. La educación mejoró muchísimo y la Revolución Francesa llegó a todos los países europeos, favoreciendo un cambio en muchos de los aspectos que anteriormente habían llevado a Europa a una crisis.
La sociedad comenzó a combinas la agricultura con las manufacturas, gracias a la industrialización e invención de nuevos inventos y máquinas, que también implicaron mejores transportes y comunicaciones. La mano de obra se trasladó a las ciudades, llegando allí con muy pocos recursos, ya que los salarios continuaban siendo bajos. Esta situación da lugar a una tremenda explotación capitalista, con carencia total de derechos y garantías para lso trabajadores, unicamente dedicados a trabajar jornadas inacabables.
Cuando esta situación estalló, se produjeron cantidad de guerras internas en Europa (Revolución Rusa, Guerra Civil española, etc.) e incluso dos Guerras Mundiales (1914-1918 y 1940-1945).
Europa a comienzos del siglo XIX
El siglo XIX está marcado por el intento de dominación de toda Europa por parte de Napoleón Bonaparte, que gobernaba en Francia. Pretendía crear un gran imperio, e intentó anexionar también España, poniendo a su hermano en el trono. En Madrid, el 2 de mayo de 1808, el pueblo se levantó contra la invasión dando comienzo la guerra de la Independencia, que duró 6 años y estuvo repleta de fusilamientos y muertes por todo el país. Con la ayuda de Inglaterra, enemiga de Napoleón, y un sistema de guerrillas (ataques rápidos pero frecuentes), la guerra terminó con victoria española.
Otro hecho importante es el de la descolonización, la lucha en los territorios españoles de América por lograr su independencia, animados por esta guerra. España fue perdiendo sus posesiones en el resto de continentes.
lunes, 16 de mayo de 2011
Europa tras el Tratado de Utrecht (s. XVII)
En 1713 el Tratado de Utecht junto con el de Rastadt pusieron fin a la guerra de sucesión española.
Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, provocó un importante problema político, interno y externo, al dejar como rey francés al pretendiente francés Felipe de Anjou, miembro de la casa de Borbón, que también gobernaba Francia.
Sus derechos a la corona parecían superiores a los del archiduque Carlos, miembro de los Austrias. Además, el apoyo de Francia, la primera potencia del momento, podía asegurar el mantenimiento de los territorios españoles.
Pero el acceso de un Borbón significaba la ruptura del equilibro político europeo a favor de Francia. Se formó una grana lianza encabezada por Austria, Reino Unido, las Provincias Unidas, Prusia, Saboya y Portugal, que desencadenó en una inmediata guerra.
En 1711 se produce una situación parecida: el archiduque Carlos accede al trono austríaco, y si este también heredeba el trono español, se confromaría otro gran bloque. Las Provincias Unidas y Reino Unido rompieron la alianza con Austria, al mismo tiempo que Felipe V, rey de España desde 1700, renunciaba al trono francés, favoreciendo el fin de la guerra.
Los Tratados de Utretch y Rastadt establecieron un sistema de relaciones internacionales que se mantuvo durante el siglo VIII:
- España pierde sus posesiones europeas. Flandes pasa a manos austríacas y los territorios italianos se dividen entre Saboya y Austria (mapa).
- Reino Unido se confirma como principal potencia marítima del mundo, consiguiendo tras la guerra algunos enclaves estratégicos (Gibraltar, Menorca, etc.)
- Se impuso la política de equlibrio, evitando el predominio de cualquier potencia sobre las demás.
El Imperio español en la época de Felipe II
Felipe II subió al trono en 1556, heredando todas las posesiones de Carlos I menos el imperio alemán. Sus obejetivos principales fueron: la defensa del catolicismo y el mantenimiento de la hegemonía dinástica en Europa.
Gobernó desde España, donde instaló una capital administrativa, Madrid.
Durante su reinado, tuvo que hacer frente a graves conflictos, tanto internos como externos: la sublevación de los moriscos de las Alpujarras, que se habían convertido al catolicismo para permanecer en España, y se acabaron levantando en una guerra cruel contra el trato discriminatorio que recibían; las alteraciones de Aragón, debidas a que las decisiones del monarca chocaban con los privilegios forales aragoneses; el bandolerismo; las disputas con Inglaterra por mantener el control marítimo, que acabaron fracasando con la derrota de la Armanda Invencible; los enfrentamientos contra los turcos, para los cuales se creó la Liga Santa (alianza entre en Papado, Venecia y el monarca) que logró acabar con el mito de la invencibilidad otomana en Lepanto; y el más grave de los confilctos, la rebelión de Flandes: los nobles y calvinistas se imponían al gobierno absolutista de Felipe II, a lo que este respondió por medio de la represión enviando un gran ejército. No pudo evitar que las provincias del norte consiguiesen la independencia y se conformaran en las Provincias Unidas.
Como factor positivo de su reinado, podemos destacar la unión con Portugal, conformándose el mayor imperio territorial y marítimo que había existido hasta entonces.
Gobernó desde España, donde instaló una capital administrativa, Madrid.
Durante su reinado, tuvo que hacer frente a graves conflictos, tanto internos como externos: la sublevación de los moriscos de las Alpujarras, que se habían convertido al catolicismo para permanecer en España, y se acabaron levantando en una guerra cruel contra el trato discriminatorio que recibían; las alteraciones de Aragón, debidas a que las decisiones del monarca chocaban con los privilegios forales aragoneses; el bandolerismo; las disputas con Inglaterra por mantener el control marítimo, que acabaron fracasando con la derrota de la Armanda Invencible; los enfrentamientos contra los turcos, para los cuales se creó la Liga Santa (alianza entre en Papado, Venecia y el monarca) que logró acabar con el mito de la invencibilidad otomana en Lepanto; y el más grave de los confilctos, la rebelión de Flandes: los nobles y calvinistas se imponían al gobierno absolutista de Felipe II, a lo que este respondió por medio de la represión enviando un gran ejército. No pudo evitar que las provincias del norte consiguiesen la independencia y se conformaran en las Provincias Unidas.
Como factor positivo de su reinado, podemos destacar la unión con Portugal, conformándose el mayor imperio territorial y marítimo que había existido hasta entonces.
Europa en el siglo XVI
En el siglo XVI se mantuvo la dinastía de los Habsburgo o de los Austrias, convirtiéndose España en la primera pontencia mundial, aunque esto la llevó a arruinar su Hacienda.
Sube al trono de Castilla en 1516 Carlos I de España y V de Alemania, hijo de Felipe el Hermoso y de Juana, hija mayor de los Reyes Católicos.
Su legado fue un conjunto de países dispersos, para los que se creó una política integradora para mantener la unidad religiosa y la idea de una monarquía universal. Más tarde subió al trono Felipe II, que heredó las posesiones de Carlos I, menos el imperio almemán, y guardó los mismos objetivos que este.
Sube al trono de Castilla en 1516 Carlos I de España y V de Alemania, hijo de Felipe el Hermoso y de Juana, hija mayor de los Reyes Católicos.
- De su padre recibió en herencia el Franco Condado, los Países Bajos y Luxemburgo; al morir su abuelo Maximiliano de Austria recibió sus posesiones de Alemania y Austria y los derechos al trono del Sacro Imperio.
- De su madre Juana recibió la herencia territorial de los Reyes Católicos: Castilla, Aragón y Navarra, además de los territorios que tenían en Italia (Cerdeña, Nápoles y Sicilia), en el norte de África y en América.
Su legado fue un conjunto de países dispersos, para los que se creó una política integradora para mantener la unidad religiosa y la idea de una monarquía universal. Más tarde subió al trono Felipe II, que heredó las posesiones de Carlos I, menos el imperio almemán, y guardó los mismos objetivos que este.
Reinos cristianos y musulmanes en la Alta Edad Media
En el mapa podemos observar la división de la provincia en el siglo X.
- Reino astur-leonés
- Reino de Navarra
- Reino de Castilla
- Reino de Aragón, que se unirá con el navarro hasta 1134.
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