En 1713 el Tratado de Utecht junto con el de Rastadt pusieron fin a la guerra de sucesión española.
Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias, provocó un importante problema político, interno y externo, al dejar como rey francés al pretendiente francés Felipe de Anjou, miembro de la casa de Borbón, que también gobernaba Francia.
Sus derechos a la corona parecían superiores a los del archiduque Carlos, miembro de los Austrias. Además, el apoyo de Francia, la primera potencia del momento, podía asegurar el mantenimiento de los territorios españoles.
Pero el acceso de un Borbón significaba la ruptura del equilibro político europeo a favor de Francia. Se formó una grana lianza encabezada por Austria, Reino Unido, las Provincias Unidas, Prusia, Saboya y Portugal, que desencadenó en una inmediata guerra.
En 1711 se produce una situación parecida: el archiduque Carlos accede al trono austríaco, y si este también heredeba el trono español, se confromaría otro gran bloque. Las Provincias Unidas y Reino Unido rompieron la alianza con Austria, al mismo tiempo que Felipe V, rey de España desde 1700, renunciaba al trono francés, favoreciendo el fin de la guerra.
Los Tratados de Utretch y Rastadt establecieron un sistema de relaciones internacionales que se mantuvo durante el siglo VIII:
- España pierde sus posesiones europeas. Flandes pasa a manos austríacas y los territorios italianos se dividen entre Saboya y Austria (mapa).
- Reino Unido se confirma como principal potencia marítima del mundo, consiguiendo tras la guerra algunos enclaves estratégicos (Gibraltar, Menorca, etc.)
- Se impuso la política de equlibrio, evitando el predominio de cualquier potencia sobre las demás.
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