El siglo XIX está marcado por el intento de dominación de toda Europa por parte de Napoleón Bonaparte, que gobernaba en Francia. Pretendía crear un gran imperio, e intentó anexionar también España, poniendo a su hermano en el trono. En Madrid, el 2 de mayo de 1808, el pueblo se levantó contra la invasión dando comienzo la guerra de la Independencia, que duró 6 años y estuvo repleta de fusilamientos y muertes por todo el país. Con la ayuda de Inglaterra, enemiga de Napoleón, y un sistema de guerrillas (ataques rápidos pero frecuentes), la guerra terminó con victoria española.
Otro hecho importante es el de la descolonización, la lucha en los territorios españoles de América por lograr su independencia, animados por esta guerra. España fue perdiendo sus posesiones en el resto de continentes.
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